martes, 22 de octubre de 2013

En la marea humana

Esta mañana, caminando hacia el trabajo, entre la corriente de autómatas que nos desplazamos por las concurridas calles, miré al cielo. Su azul intenso me produjo alegría. Respiré profundo para relajarme y dejar que mi piel se reconfortase con el calor de los primeros rayos. Solitario en un mar de gente comencé a fijarme en los rostros impasibles de aquellos maniquíes andantes. Una luz atrajo mi mirada, unos ojos reclamaban en silencio mi atención. Su verde intenso, su alegría coronada por miles de enormes pestañas me cautivaron al instante. Amplié mi campo de visión. Su cara serena, dulce casi angelical, parecía venir de otro mundo.
Mis sentidos sufrieron un colapso. Mis piernas temblaban. Sentía tal debilidad que temí desvanecerme. Mi cuerpo se encendió hasta alcanzar la ebullición. Mi corazón latiendo a mil sentía una alegría pueril que rayaba en la estupidez. Sus ojos me decían que sentía lo mismo. Intentaba retener aquel instante, caminando más despacio, según me iba acercando a ella. Mi cuerpo se comportó como debía pero mi alma corrió a su encuentro. El de ella volaba hacia el mío. Creo que nos besamos y nos amamos en aquel ínfimo espacio de tiempo. Mientras nos cruzábamos, nuestras miradas inseparables hicieron girar nuestras cabezas, hasta que no quedó más remedio que andar hacia atrás, sin perdernos de vista, sin decirnos nada. A unos pocos metros,  era obligado andar de puntillas para intuir su figura. La distancia producida por nuestros pasos rompió el embrujo dejando mi alma en un limbo. Estaba aturdido. Incapaz de pensar, de sentir y mucho menos de trabajar.
            Ahora estoy aquí. En la azotea del edificio donde trabajo, mirando abajo la ciudad empequeñecida. Rememorando una y otra vez ese instante que ha dejado del revés mi existencia. Esperando a que llegue mañana, soñando con volver a verla. Amarla oculto tras la marea humana y quién sabe, tal vez me atreva a decirle algo.

14 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias seguidora number one. Pero los habrá mejores

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  2. Impresionante Betty¡¡¡¡ me ha encantado, sigue así¡¡¡

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    1. Hola Máquina, espero verte por aquí de nuevo. Siempre tan torbellino, hasta en el ciberespacio. jeje

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  3. Tan gráfico... Casi sientes que lo estás viviendo en primera persona. Me gusta!! MJM

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    1. Pues cuidadito con las azoteas de la oficina. Me alegra que te guste

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  4. Muy intenso! y más para estas horas de la mañana. Es agradable empezar así el día. PLarrea

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    1. Espero que tu día termine también siendo bueno. Gracias P.

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  5. Estás hecha una artista describiendo situaciones.Digo yo, que voy en el metro todos los días,que si me pasara un par de veces a la semana iría mas contenta a trabajar... ja ja
    Obregón

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    1. Te digo lo mismo que a otros. "La mirada al frente" y observar lo que hay alrededor. No necesariamente encontraremos un amante intenso, no es lo que muchos buscamos, pero hay muchas sensaciones y matices que le pueden alegrar a uno el día.

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  6. Pues me has retrotaído en el tiempo a mi vida universitaria. Una experiencia similar solo que con ojos de un negro profundo.

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    1. Jeje, porque tú eres de las afortunadas e inteligentes que busca matices en el interior de la gente, y, el que busca encuentra. No esperaba menos de la maestra que nos muestra el mundo de las cosas pequeñas.

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  7. Enhorabuena Betty, me está encantando el blog, no he podido parar hasta leerme todas las entradas.

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    1. Muchas gracias Santi. Hago una entrada semanal, intentaré mantener el ritmo y que no se me oxide. Jeje.

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