Esta
mañana, caminando hacia el trabajo, entre la corriente de autómatas que nos
desplazamos por las concurridas calles, miré al cielo. Su azul intenso me
produjo alegría. Respiré profundo para relajarme y dejar que mi piel se
reconfortase con el calor de los primeros rayos. Solitario en un mar de gente
comencé a fijarme en los rostros impasibles de aquellos maniquíes andantes. Una
luz atrajo mi mirada, unos ojos reclamaban en silencio mi atención. Su verde
intenso, su alegría coronada por miles de enormes pestañas me cautivaron al
instante. Amplié mi campo de visión. Su cara serena, dulce casi angelical,
parecía venir de otro mundo.
Mis
sentidos sufrieron un colapso. Mis piernas temblaban. Sentía tal debilidad que
temí desvanecerme. Mi cuerpo se encendió hasta alcanzar la ebullición. Mi
corazón latiendo a mil sentía una alegría pueril que rayaba en la estupidez. Sus
ojos me decían que sentía lo mismo. Intentaba retener aquel instante, caminando
más despacio, según me iba acercando a ella. Mi cuerpo se comportó como debía
pero mi alma corrió a su encuentro. El de ella volaba hacia el mío. Creo que
nos besamos y nos amamos en aquel ínfimo espacio de tiempo. Mientras nos
cruzábamos, nuestras miradas inseparables hicieron girar nuestras cabezas,
hasta que no quedó más remedio que andar hacia atrás, sin perdernos de vista,
sin decirnos nada. A unos pocos metros,
era obligado andar de puntillas para intuir su figura. La distancia
producida por nuestros pasos rompió el embrujo dejando mi alma en un limbo.
Estaba aturdido. Incapaz de pensar, de sentir y mucho menos de trabajar.
Ahora
estoy aquí. En la azotea del edificio donde trabajo, mirando abajo la ciudad
empequeñecida. Rememorando una y otra vez ese instante que ha dejado del revés
mi existencia. Esperando a que llegue mañana, soñando con volver a verla. Amarla
oculto tras la marea humana y quién sabe, tal vez me atreva a decirle algo.
Que bonito!!!!
ResponderEliminarGracias seguidora number one. Pero los habrá mejores
EliminarImpresionante Betty¡¡¡¡ me ha encantado, sigue así¡¡¡
ResponderEliminarHola Máquina, espero verte por aquí de nuevo. Siempre tan torbellino, hasta en el ciberespacio. jeje
EliminarTan gráfico... Casi sientes que lo estás viviendo en primera persona. Me gusta!! MJM
ResponderEliminarPues cuidadito con las azoteas de la oficina. Me alegra que te guste
EliminarMuy intenso! y más para estas horas de la mañana. Es agradable empezar así el día. PLarrea
ResponderEliminarEspero que tu día termine también siendo bueno. Gracias P.
EliminarEstás hecha una artista describiendo situaciones.Digo yo, que voy en el metro todos los días,que si me pasara un par de veces a la semana iría mas contenta a trabajar... ja ja
ResponderEliminarObregón
Te digo lo mismo que a otros. "La mirada al frente" y observar lo que hay alrededor. No necesariamente encontraremos un amante intenso, no es lo que muchos buscamos, pero hay muchas sensaciones y matices que le pueden alegrar a uno el día.
EliminarPues me has retrotaído en el tiempo a mi vida universitaria. Una experiencia similar solo que con ojos de un negro profundo.
ResponderEliminarJeje, porque tú eres de las afortunadas e inteligentes que busca matices en el interior de la gente, y, el que busca encuentra. No esperaba menos de la maestra que nos muestra el mundo de las cosas pequeñas.
EliminarEnhorabuena Betty, me está encantando el blog, no he podido parar hasta leerme todas las entradas.
ResponderEliminarMuchas gracias Santi. Hago una entrada semanal, intentaré mantener el ritmo y que no se me oxide. Jeje.
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