sábado, 2 de abril de 2016

Despejado e intenso y, sin embargo, aguacero.

Azul. Despejado e intenso.
Y, sin embargo, aguacero.
Acurrucada.
La humedad da miedo.

Ignorar las estrellas del cielo.
Mirar al suelo.
Debes.
No quiero.

No hay paisaje.
Yerma nada colmada de pozos negros.
Donde antaño hubo bosque,
bajo su sombra, el sol intenso.

Raíces amputadas se enroscan en los huesos.
Levantan el terreno.
Impiden que reposen,
sus pies sobre el suelo.

La humedad crece por dentro.
Ampollas en las manos.
Cicatrices en los huesos.
Músculos inertes.
El frío insoportable del invierno.

Bajo la piel de su espalda, un árbol.
De sus brotes, doloroso nacimiento.
Las ramas se enredan en los huesos.
Arranca raíces.
Desollados los dedos.

Atraviesa primaveras.
Flores sin dueño.
Arranca raíces.
El árbol crece en su espalda, doloroso,
sin aliento.

En su pecho,
la sequía resquebraja. Corazón muerto.
Tiempo.
Solo hace falta tiempo.

Segundos convertidos en moléculas de hielo,
Congelar el alma.
Allanar el terreno.
El árbol que crece en su espalda.
Espera su tiempo.

Olvidar el dolor.
Sentir vacío.
Comenzar de nuevo.

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